Imagínate por un momento que tu vida ha consistido, desde siempre, en vivir acinado en el patio de una casa con más de 50 perros. El humano responsable de tu bienestar, tu salud, tu alimentación y tus cuidados no se hace cargo de nada. Es más, recoge más animales y los encierra con vosotros.
Imagina el olor, la angustia, el daño físico y emocional que eso supone, el hambre, el miedo y la sensación de asfixia.

¿Lo has sentido en tu piel? ¿Te ha agobiado? ¿Has sentido el dolor y la pena? Pues Kamel no solo los ha sentido, sino que los ha vivido. Él estuvo en esa situación hasta que las voluntarias los rescataron, a él y a todos los demás animales que “vivían” en ese lamentable estado.

Kamel tiene derecho a ser desconfiado, a tener miedo, a querer pasar desapercibido. Pero también tiene derecho a una familia que lo comprenda, que lo ayude y que juntos superen esos miedos para recuperar la fe y dejarse querer como ha hecho con todo el voluntariado.

Si de verdad eres un ser humano noble y paciente, Kamel será tu mejor compañero.

AMADRINADO POR: PATRICIA FDEZ FERREIRO APADRINADO POR: XOAQUIN KAMP