SABRINA Y SUSI, HERMANAS EN ARMAS

10-05-2012

En esta foto de mayo de 2005 aparecían entre otros cachorros SUSI y SABRINA, casi recién llegadas al refugio. Fueron recogidas cuando tenían poco más de un mes en un monte de Ponteareas, junto a su madre Candi y a su otra hermana de camada Soraya, que aparece también en la foto. Candi y Soraya desaparecerían 2 años después cuando en el refugio murieron muchos perros a causa de veneno.

Lo primero que les enseñó su madre fue a no confiar, y las 3 pequeñas aprendían muy bien la lección, y se escondían continuamente detrás de ella ante nuestra presencia. No iba muy desencaminada Candi, que aún así no logró salvarse. No hace falta casi decirlo, pero por si acaso…SABRINA y SUSI llevan sus 7 años de vida metidas en el refugio, no conocen otra cosa, y de la primera lección aprendida todavía nada ni nadie les ha demostrado que no fuera verdad.

SABRINA era y es la más tímida de la camada. Sólo durante un par de meses hace años consiguió salir del refugio para ir a una casa de acogida, pero para ello tuvo que recibir una tremenda paliza por parte de otros perros de la que a duras penas salió viva. Dicen que en esa casa cuando se recuperó empezó a jugar con su perra y se la veía feliz. Nosotros nunca la vimos jugar.

SUSI en cambio es más extrovertida, pero aún así no deja nunca de cubrirse las espaldas por si acaso. Estuvo durante casi un año viviendo junto a otro perro mayor por los alrededores del refugio cuando ambos consiguieron escaparse, y aunque no se alejaron mucho y se acercaban a diario a por comida, costó mucho tiempo poder recogerla de nuevo, ya sobreviviendo sola cuando su compañero murió. Ahora es un perrita alegre y sociable cuando conoce, lista y luchadora, aunque le costó tiempo y penurias hacerse de nuevo su minúsculo hueco en su mundo de continua supervivencia.

Las dos no esperan nada ya, aunque intuyan que algo pasa cuando alguien viene y alguno se va, para ellas nunca apareció ni la oportunidad, ni tan sólo la mención. Tal vez Candi no llegó a enseñarles nunca la lección de la esperanza, porque tal vez ella nunca supo lo que era.