HOY COMIENZA EL VERANO

21-06-2014

El verano es la estación del año que probablemente más nos guste a casi todas las personas. El solcito, la playa, terrazas, romances de verano y sobre todo las tan esperadas vacaciones hacen de la época estival la más esperada del año. Para más de 300.000 perros y gatos cada año el verano significa ABANDONO, INDIFERENCIA, SUFRIMIENTO, MUERTE. Durante todo el año las protectoras recibimos llamadas de gente irresponsable y sin escrúpulos que quieren abandonar a parte de su familia como si de un mueble viejo se tratase. En verano se multiplican este tipo de llamadas, estos individuos pretenden justificar lo injustificable y los motivos más comunes que alegan son los siguientes.
Falta de tiempo para cuidarlo
Da demasiado trabajo, pueden hacer destrozos y agujeros en el jardín
Problemas de agresividad o adaptación a causa de una educación inadecuada 
Períodos de vacaciones 
Perros guardianes temporales a les obras de construcción 
Molestar al vecindario 
El cachorro se ha hecho demasiado grande 
Animales viejos y enfermos 
La compra no responsable y compulsiva 
El regalo de animales 
La cría irresponsable, que fuerza a adopciones no meditadas 
La pareja se separa y nadie se quiere quedar con los animales
Se mudan de casa a piso y los pelos les molestan, en el nuevo piso no aceptan animales
Les da mucha pena que tenga que pasar tanto tiempo solo y seguro en el refugio con otros perros estará más contento
Nacimiento de un bebé 
Tristemente podríamos seguir y seguir. La gente que abandona a sus mascotas es gente considerada normal. Viven entre nosotros, desempeñan su labor profesional en sectores de todo tipo, van a la compra, tienen aficiones. Nos cruzamos con ellos cada día sin saber que detrás de esos rostros y vestimentas normales se esconden monstruos capaces de abandonar a su suerte a seres totalmente indefensos, dependientes, vulnerables, aterrados. Abandonar a un perro en una carretera es igual que abandonar a un niño de dos años y debería estar igualmente penado. Muchos de estos animales pasan días esperando en el punto en el cual fueron abandonados a que regresen a buscarlos, otros vagan desorientados y son atropellados, agonizando en muchos casos varias horas antes de morir. Otros deambulan hasta que sus cuerpos ya no pueden más y se mueren deshidratados, muchos son recogidos por perreras municipales y sacrificados. Solo una minoría se salvan por refugios o particulares con buenas intenciones. 
Antes de convertirte en responsable de un animal valora lo siguiente:
Tener un animal de compañía es una responsabilidad a largo plazo. Un perro o gato puede vivir entre 12, 15 años o más. Por esto, antes se tienen que asumir todos los deberes y obligaciones que su tenencia comporta. 
Nunca lo tienes que abandonar ni maltratar. 
Tendrás que hacerte responsable de sus necesidades de alimentación, agua, higiene y cobijo. 
Dispondrás de tiempo para cuidarlo. 
Tendrás que proporcionarle ejercicio a diario. 
Tendrás que llevarlo al veterinario para prevenir sus enfermedades, para estar al día de vacunas o por si se pone enfermo. 
Es necesario que esté identificado con un microchip obligatorio
Tendrás que recoger sus deposiciones en los espacios públicos y, sobretodo, que no las realice en los parques infantiles. 
Cuando salgas con el a pasear tendrás que educarlo a ser respetuoso con el entorno y con las personas. 
Evitad que cause molestias a los vecinos con ladridos excesivos o que malmeta la propiedad privada. 
No dejar que críe, la sobrepoblación provoca el abandonamiento de animales 
“La propiedad de un perro supone automáticamente que la persona acepta la responsabilidad del animal y su eventual progenie durante toda su vida . La persona debe hacer lo necesario para asegurar el bienestar del perro, lo que incluye sus necesidades conductuales, y protegerlo en lo posible de enfermedades infecciosas (mediante vacunación y control de parásitos, por ejemplo) y de episodios de reproducción no deseada (mediante la contracepción o la esterilización, por ejemplo). También debe dotar al animal de un dispositivo en el que venga claramente identificado como propietario (preferiblemente con una identificación permanente, como un microchip) y, si la 
legislación lo exige, registrarse en una base de datos centralizada. Debe adoptar asimismo todas las medidas razonables para evitar que el perro vagabundee sin control y cause problemas a la comunidad y/o deteriore el medio físico
Si no se pueden cumplir estos mínimos es mejor no tener mascota. Este problema de carácter ético y social nos afecta a todos de igual manera, una sociedad que maltrata y desampara a los más débiles es una sociedad enferma y tóxica para vivir.